“"El único miedo del que debemos tener miedo es del miedo mismo."
- Franklin D. Roosevelt-
El miedo es una emoción compleja que puede manifestarse de diversas formas y ser desencadenada por distintos factores. Aquí te presento algunos de los tipos de miedo más comunes:
Por qué sucede: Las fobias específicas a menudo se desarrollan debido a experiencias traumáticas, observación de otros que muestran miedo, o a través de información negativa sobre el objeto o situación. También puede haber predisposiciones genéticas.
Para qué sucede: Biológicamente, el miedo sirve para protegernos de peligros percibidos. En el caso de las fobias, es una reacción desproporcionada del sistema de defensa.
Cómo sucede: La exposición al estímulo fóbico desencadena una respuesta intensa de miedo que puede incluir síntomas físicos como sudoración, taquicardia y ansiedad extrema.
Por qué sucede: Puede originarse en experiencias negativas o traumáticas en situaciones sociales, baja autoestima, y predisposiciones genéticas. También puede desarrollarse durante la infancia y adolescencia.
Para qué sucede: Evolutivamente, el miedo social puede haber servido para evitar situaciones que podrían llevar al rechazo o a la exclusión social, que en tiempos antiguos podían ser peligrosas.
Cómo sucede: La persona anticipa un posible juicio negativo y experimenta ansiedad intensa antes, durante, o después de eventos sociales.
Por qué sucede: Este miedo puede surgir de la incertidumbre sobre lo que sucede después de la muerte, experiencias traumáticas relacionadas con la muerte, o enfermedades graves.
Para qué sucede: Biológicamente, el miedo a la muerte sirve para preservar la vida y evitar situaciones potencialmente mortales.
Cómo sucede: Puede manifestarse a través de pensamientos obsesivos sobre la muerte, evitar situaciones que recuerden la mortalidad, y síntomas de ansiedad.
Por qué sucede: Este miedo puede estar relacionado con experiencias personales de enfermedades, exposición a información sobre enfermedades graves, o un alto nivel de hipersensibilidad al propio estado de salud.
Para qué sucede: Evolutivamente, el miedo a la enfermedad podría haber ayudado a evitar situaciones que aumentan el riesgo de contraer enfermedades.
Cómo sucede: Se manifiesta a través de preocupación excesiva por la salud, visitas frecuentes al médico y búsqueda constante de información sobre enfermedades.
Por qué sucede: La incertidumbre y la falta de control sobre lo que no se conoce pueden generar ansiedad y miedo. Este miedo puede estar basado en experiencias pasadas negativas o la influencia cultural.
Para qué sucede: Evolutivamente, temer lo desconocido podría haber evitado situaciones peligrosas o potencialmente dañinas.
Cómo sucede: Puede provocar evitación de nuevas experiencias, rigidez en la rutina diaria y ansiedad ante cambios inesperados.
Por qué sucede: Este miedo puede derivar de experiencias previas de pérdida o trauma, así como de un apego fuerte a personas, objetos o situaciones.
Para qué sucede: Este miedo puede motivar a proteger y conservar lo que se valora, asegurando recursos y relaciones importantes.
Cómo sucede: Puede manifestarse a través de ansiedad, comportamiento de control excesivo y dependencia emocional.
Por qué sucede: Puede originarse en experiencias previas de fracaso, expectativas altas (propias o de otros), o una autoestima baja.
Para qué sucede: Este miedo puede servir para evitar situaciones en las que hay una alta probabilidad de fracaso y así proteger la autoestima.
Cómo sucede: Se manifiesta a través de evitación de desafíos, procrastinación y autocrítica intensa.
Por qué sucede: Puede estar relacionado con el temor a las responsabilidades y expectativas que vienen con el éxito, así como al cambio en las relaciones personales y sociales.
Para qué sucede: Puede servir para evitar la presión adicional y la posible envidia o rechazo de otros.
Cómo sucede: Se manifiesta a través de sabotaje personal, autoexigencia excesiva y estrés.
Por qué sucede: Este miedo puede originarse en experiencias previas de rechazo o crítica, baja autoestima y una alta necesidad de aprobación.
Para qué sucede: Puede haber servido para asegurar la aceptación y la pertenencia a grupos sociales, esenciales para la supervivencia.
Cómo sucede: Se manifiesta a través de evitación de situaciones sociales, ansiedad social y comportamientos complacientes.
Por qué sucede: Puede derivar de experiencias traumáticas relacionadas con el dolor, o de una alta sensibilidad al dolor.
Para qué sucede: Biológicamente, el miedo al dolor sirve para proteger al cuerpo de daños y peligros.
Cómo sucede: Se manifiesta a través de evitación de situaciones que podrían causar dolor y una respuesta de ansiedad ante la anticipación del dolor.
Por qué sucede: Puede estar relacionado con experiencias previas de abandono, baja autoestima y la percepción de que no se puede vivir solo.
Para qué sucede: Este miedo puede motivar a buscar y mantener relaciones sociales y de apoyo.
Cómo sucede: Se manifiesta a través de dependencia emocional, búsqueda constante de compañía y miedo intenso a estar solo.
Por qué sucede: La incertidumbre sobre el futuro y la falta de control sobre lo que pueda suceder puede generar ansiedad y miedo.
Para qué sucede: Puede servir para prepararse y planificar con anticipación, minimizando riesgos y peligros futuros.
Cómo sucede: Se manifiesta a través de preocupación constante, planificación excesiva y ansiedad sobre posibles escenarios negativos.
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